Vierne5. / Editorial.
«Hablar de justicia y democracia directa desde Miraflores es un insulto a la inteligencia de los venezolanos.»
En otro giro surrealista de la política venezolana, Nicolás Maduro ahora pretende sorprendernos con su propuesta de «refundar el Estado venezolano», asegurando que este estará basado en la justicia y en una supuesta democracia directa. Desde esta tribuna, nos preguntamos: ¿acaso hay algo que no hayamos entendido o, peor aún, estamos ante otro de sus cuentos chinos?
El cinismo sin límites
Hablar de justicia y democracia directa, después de haber perpetrado uno de los fraudes más descarados en la historia del país, es simplemente un acto de cinismo monumental. Maduro, el hombre que desconoce la voluntad de millones de venezolanos expresada el pasado 28 de julio, ahora quiere que creamos que liderará una transformación hacia un sistema justo y democrático. ¿Será que en el diccionario del régimen esas palabras tienen un significado que desconocemos?
Una película que nadie quiere ver
Esto no es más que el tráiler de otra película que los venezolanos ya conocemos y rechazamos. Los cortometrajes de esta farsa llevan años proyectándose en un país que, lejos de avanzar, retrocede a diario por la incompetencia, la corrupción y la represión desmedida del régimen.
El anuncio de Maduro no es más que un intento desesperado por distraer a los venezolanos del verdadero problema: él mismo. Su gobierno ha sido el principal arquitecto de la demolición institucional y moral de Venezuela, y ahora pretende vendernos la idea de que puede ser el salvador de lo que él mismo destruyó.
¡Maduro, no te queremos!
Desde esta tribuna, lo decimos claro y alto: Maduro, los venezolanos no nos calamos otro de tus guiones. El país no necesita más cuentos de hadas ni discursos vacíos. Lo que Venezuela necesita es justicia real, democracia verdadera y un liderazgo que respete la voluntad del pueblo.
Si Maduro piensa que con estas declaraciones puede borrar la aplastante derrota que sufrió en las urnas o esconder su responsabilidad en la crisis humanitaria que atraviesa el país, está muy equivocado. Los venezolanos ya despertaron y no hay idioma ni estrategia que cambie la realidad: Maduro no es querido ni legítimo. ¡Maduro, fuera!
Victor Julio Escalona
Editor.