Vierne5 / Suena a Venezuela, suena a un Diosdado Cabello hablando; pero no, es el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega quien, tras la expulsión a Estados Unidos de 222 presos políticos, justificó la medida diciendo que “la dignidad de la patria no se negocia”.
Ortega aseveró que las personas que fueron extraditadas y confiscadas de por vida su nacionalidad y sus derechos civiles, fue porque “cometieron actos ilegales, entre ellos “incitar a la violencia, al terrorismo y a la desestabilización económica”.
El mandatario aseguró que no hubo ninguna negociación con Estados Unidos, ya que se trataba de una cuestión «de principios» para Nicaragua.
«Ellos se imaginaban que íbamos a pedir que nos levantaran las sanciones. No, no estamos pidiendo que nos levanten las sanciones, no estamos pidiendo nada a cambio, es un asunto de honor, de dignidad, de patriotismo», aseguró Ortega. «Que se lleven a sus mercenarios», agregó.
“¿Qué interés teníamos nosotros? Ninguno. Que se los lleven, eso es todo. O sea, no se trataba de negociar. Aquí no ha habido ninguna negociación, esto debe quedar claro. Porque la soberanía del país, la dignidad de la patria, no se negocia», reiteró.
En tanto, y como muestra de democracia y de dignidad oficial, un tribunal dependiente de Ortega condenó este viernes al Obispo de Managua, monseñor Rolando Álvarez, a 26 años de cárcel, también acusado de “traición a la patria”; en otras palabras, traición por no estar con el régimen.
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