Vierne5 / Alemania trabaja en una serie de mecanismos legales para alejar a los migrantes de su país, entre ellos las tarjetas de débito como paga en lugar de dinero en efectivo, salarios de 80 céntimos de euros la hora, la imposibilidad de enviar remesas, y otras restricciones que se antepondrán entes de atender una solicitud de asilo.
No son pocos, en efecto, los políticos que de ese modo quieren hacer de Alemania un país menos atractivo para los solicitantes de asilo, señala en un amplio trabajo la agencia alemana de noticias DW.
A veces los procesos burocráticos en Alemania sí son rápidos, destacan.
En cuanto el canciller alemán y los jefes de gobierno de los 16 estados federados, éstos acordaron desde el pasado noviembre, la tarjeta de débito para solicitantes de asilo. Uno de los precursores de la medida fue un distrito del estado de Turingia, en el este de Alemania, el que, al emitir la tarjeta, también introdujo una serie de restricciones adicionales.
La tarjeta «Mastercard» de prepago sólo puede utilizarse para hacer compras a nivel local. No se puede retirar efectivo ni hacer transferencias dentro o fuera de Alemania. Otras ciudades y municipios también han introducido la tarjeta de pago, que se prevé que esté disponible en todo el país a finales de 2024.
Turingia también es pionera en otra medida de la política de asilo que está siendo noticia en toda Alemania: un administrador de distrito -que es algo así como un alcalde- ha introducido el trabajo obligatorio para los solicitantes de asilo alojados en viviendas colectivas en su ciudad. Deben mantener limpios sus alojamientos y los terrenos que los rodean. Si se niegan a realizar el trabajo de limpieza, se les recortarán las prestaciones en hasta 180 euros al mes.
En principio, el trabajo obligatorio no es nada nuevo. Existe una normativa legal al respecto desde hace mucho tiempo. Sin embargo, no aplica a un trabajo regular con su correspondiente remuneración.
En términos puramente legales, los solicitantes de asilo no pueden trabajar en absoluto durante los tres primeros meses. Después hay regulaciones escalonadas dependiendo de si los refugiados viven en alojamientos colectivos o tienen hijos menores de edad. Por regla general, el permiso de trabajo no se expide hasta pasados seis meses, pero las cosasa se complican con las medidas complementarias.
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