Vierne5. / La Voz Del Lector.
Maduro se autodescarta como interlocutor con Washington, mientras Milei y otros líderes regionales consolidan su apoyo a Edmundo González.
La reciente orden de captura contra Edmundo González Urrutia, considerado el electo de Venezuela, lejos de intimidarlo o de frenar su labor desde el exilio, ha logrado aumentar la solidaridad en su favor y ha profundizado el aislamiento del régimen de Nicolás Maduro.
Al emitir esa absurda solicitud a Interpol, Maduro ha dejado claro que está dispuesto a quemar cualquier puente que podría haber conducido al diálogo. La repercusión de esta maniobra se extiende, especialmente hacia Estados Unidos, donde el próximo gobierno seguramente ya toma nota de los atropellos de un régimen que busca entorpecer el camino hacia una transición democrática.
Y si alguien en Washington aún no estaba al tanto de la gravedad de la situación en Venezuela, la llegada del presidente argentino electo, Javier Milei, la próxima semana, para reunirse con González Urrutia, asegurará que el tema reciba la atención que merece. Milei, un crítico acérrimo de los regímenes autoritarios en América Latina, reforzará la narrativa de solidaridad democrática que rodea a González y colocará aún más presión sobre Maduro.
Mientras tanto, en las «grandes ligas» de la geopolítica mundial, el camarada Lula da Silva se prepara para recibir en su país al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y al presidente chino, Xi Jinping, el próximo 18 de noviembre. Lula ha sido blanco de una campaña de desprestigio por parte del régimen venezolano tras su rechazo a los resultados electorales venezolanos y su oposición a admitir a Maduro en los BRICS. Sin embargo, la realidad es que Lula sigue firme y relevante en el tablero internacional, mientras desde Miraflores observan con amargura.
Maduro, al tiempo que rechaza los principios democráticos y desestima el resultado electoral del 28 de julio, solo se ha ganado la desconfianza de los líderes regionales e internacionales. Con cada paso en falso que da, se aleja de las mesas de negociación y de las relaciones de cooperación que pudieran aliviar su crisis interna. Desde esta tribuna, advertimos que mientras Maduro insiste en el camino de la represión y el aislamiento, el mundo se vuelca a favor de la democracia en Venezuela, que hoy encarna Edmundo González.
En un escenario internacional donde los actores se mueven hacia el consenso y el diálogo, el régimen de Maduro sigue en su propia liga, una de aislamiento y represión. Lula, Biden, Xi Jinping, Milei, Trump y hasta los principales actores de la región saben muy bien lo que está en juego en Venezuela y están dispuestos a apoyar a quienes representan un cambio real, porque el mundo sabe que el tiempo de las dictaduras, como el de Maduro, está llegando a su fin.
Vierne5. / la Voz Del Lector.