Vierne5./ La Voz Del Lector.
«La excarcelación de unos pocos no es suficiente; la justicia exige liberar a todos los presos políticos.»
El régimen de Nicolás Maduro intenta apagar el incendio provocado por la indignación nacional e internacional tras la muerte de Jesús Martínez, testigo electoral de Vente Venezuela, quien pereció bajo custodia estatal debido a la negación de atención médica oportuna. Sin embargo, esta táctica desesperada de excarcelar a unos pocos no engaña a nadie: el daño ya está hecho, y la injusticia sigue siendo la norma en Venezuela.
La liberación de algunos detenidos tras las protestas poselectorales, incluyendo a 11 adolescentes, es solo un intento de bajar la presión y desviar la atención de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen. Pero no olvidaremos a Jesús, cruelmente arrebatado a su familia, ni a los 58 adolescentes y cientos de presos políticos que aún permanecen tras las rejas por el simple hecho de alzar su voz contra el fraude electoral del 28 de julio.
Crímenes que no prescriben
Nada, absolutamente nada, es capaz de lavarle la cara a Maduro y su régimen. Los crímenes de lesa humanidad cometidos durante su gobierno no solo están documentados, sino que tampoco prescriben. La muerte de Jesús Martínez es un recordatorio desgarrador de las condiciones inhumanas a las que son sometidos los presos políticos en Venezuela, una situación que debe cesar inmediatamente.
Los crímenes del régimen no se borran con excarcelaciones selectivas ni con comunicados cuidadosamente redactados. La única solución posible es la liberación total e incondicional de todos los presos políticos y la restitución de la democracia.
Un llamado a la acción internacional
La comunidad internacional tiene la responsabilidad de no ceder ante las tácticas de distracción del régimen. La presión debe mantenerse, no solo para asegurar la liberación de los detenidos, sino también para exigir responsabilidades por los crímenes cometidos. No podemos olvidar que los crímenes de lesa humanidad trascienden fronteras y exigen justicia global.
La lucha por la libertad sigue
Mientras Maduro intente perpetuar su control a través del miedo y la represión, la lucha por la libertad y la justicia continuará. No descansaremos hasta que todos los presos políticos sean liberados y las familias de las víctimas obtengan justicia.
Jesús Martínez no murió en vano. Su muerte nos recuerda la urgencia de seguir luchando por un país donde nadie sea perseguido por sus ideales y donde la democracia prevalezca sobre la tiranía.
Vierne5. / La Voz del Lector.
