Vierne5. / Editorial.
La peligrosa fórmula que algunos proponen a Trump para negociar con Maduro.
En el mundo de la geopolítica, donde intereses cruzados prevalecen sobre principios, surge un nuevo capítulo preocupante: según un reciente artículo de The Wall Street Journal (TWSJ), se estaría cocinando una propuesta para que Donald Trump, futuro presidente de los Estados Unidos, acuerde con Nicolás Maduro un «pacto pragmático». Este acuerdo pondría al petróleo y la migración en el centro de la mesa, dejando la democracia y los derechos humanos en un segundo plano, o más bien, fuera de ella.
La propuesta: un espejismo político
La fórmula es simple, según los artífices de esta idea: si Estados Unidos flexibiliza las sanciones y permite que Maduro se mantenga en el poder, la migración venezolana hacia el norte disminuirá drásticamente. Un acuerdo aparentemente atractivo, pero que ignora la historia reciente de negociaciones fallidas con un régimen acostumbrado a incumplir.
Esta propuesta parece ignorar hechos evidentes: Maduro ha demostrado una y otra vez que no cumple los compromisos que firma. Desde los acuerdos de Doha hasta las promesas de Barbados, pasando por sus compromisos con aliados como Lula y Petro, las promesas del régimen chavista han resultado ser papel mojado.
El historial de incumplimientos de Maduro
El historial es claro. En Doha y Barbados, Maduro prometió condiciones electorales y democráticas que jamás se cumplieron. A sus aliados Petro y Lula les aseguró que entregaría las actas del 28 de julio en 48 horas. Aún esperan.
Incluso en el ámbito más delicado, como es el de los acuerdos humanitarios, el régimen ha fallado. Recordemos las palabras de Juan González, exfuncionario de la administración Biden, quien aseguró que tras el canje de rehenes por los sobrinos Flores y Alex Saab, Maduro se comprometió a no volver a encarcelar a ciudadanos estadounidenses. Hoy, El Helicoide sigue siendo el domicilio forzado de varios norteamericanos.
¿Por qué creerle ahora?
Maduro no es solo un socio poco confiable; es un maestro del engaño político. Proponerle a Trump este «pacto pragmático» es ignorar la esencia misma de su régimen, uno que se alimenta de la corrupción, el latrocinio y el chantaje político.
Este supuesto acuerdo, en el que se pone por delante el flujo de petróleo y se subestima la urgencia de restaurar la democracia en Venezuela, es un espejismo que traiciona a los millones de venezolanos que siguen luchando por su libertad.
El dilema de Trump
Para Donald Trump, quien ha prometido «hacer a América grande otra vez», aceptar una negociación que fortalezca a Maduro sería un duro golpe a su credibilidad internacional. No solo traicionaría los valores democráticos que Estados Unidos dice defender, sino que reforzaría el régimen de un dictador que ha saqueado su país y forzado a millones a emigrar.
Además, creer que una relajación de sanciones reducirá mágicamente la migración es una fantasía peligrosa. Los venezolanos no huyen solo por la falta de recursos, sino por la falta de libertad, justicia y oportunidades.
Un pacto para el fracaso
En la lucha por la democracia venezolana, cada decisión tiene peso histórico. Si Estados Unidos y sus aliados internacionales deciden negociar con un régimen que ha demostrado ser incapaz de cumplir, estarán condenando al pueblo venezolano a décadas más de sufrimiento.
La verdadera solución no pasa por un «pacto pragmático» que fortalezca a Maduro, sino por un compromiso firme para garantizar una transición democrática real. Todo lo demás, como dice el pueblo, no es más que «cuento chino».
En este contexto, la responsabilidad de Trump y su futuro equipo es clara: defender los principios democráticos por encima de las ofertas de petróleo y promesas vacías. Solo así podrán estar del lado correcto de la historia.
Victor Julio Escalona
Editor.
