Vierne5. / La Voz Del Lector
Vierne5: El paralelismo entre las crisis cubana y venezolana evidencia una historia compartida de promesas incumplidas y pueblos sometidos.
Es imposible no pensar en Venezuela al observar el colapso y el derrumbe de Cuba. Es inevitable recordar el castrismo al leer las lamentables y tristes noticias sobre los venezolanos que sufren hambre, salarios miserables, presos políticos, menores de edad detenidos en protestas y, por supuesto, las controversias en torno a las elecciones recientes.
Nada de esto es ajeno; es una misma historia. La del «mar de la felicidad» prometido, la del «amor con amor se paga». En resumen, un montaje de engaños y estafas que tanto ha costado a nuestros países y a sus habitantes. En esta misma historia se cuentan por millones los desterrados: los balseros de Cuba y los caminantes venezolanos, ambos buscando un futuro mejor lejos de sus patrias.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, se excusa tras las sanciones, al igual que lo hace el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. Los líderes de estos regímenes rara vez asumen responsabilidad por las situaciones críticas que enfrentan sus países; el culpable siempre es un tercero. El gobierno cubano no explica el destino de los ingresos obtenidos por la venta de barriles de petróleo que Venezuela le suministra, y el gobierno venezolano no ofrece claridad sobre el uso de los ingresos provenientes de empresas como Chevron o Repsol.
La élite gobernante, disfrutando de privilegios, parece distante de los sacrificios que demanda a sus pueblos. Si realmente profesaran el amor que declaran tener por sus naciones, ya se habrían apartado del poder por el bien de quienes dicen amar. Podrían ofrecer a sus pueblos el respeto a la voluntad popular expresada en las urnas electorales. En definitiva, podrían optar por retirarse y permitir que cesen las crisis que, según ellos, son originadas por factores externos.
Pero eso no lo harán, ¡ni de vaina! Por el contrario, Díaz-Canel insta a los cubanos a adquirir sus propios paneles solares en medio de la crisis energética, y Maduro designa como ministro a figuras cuestionadas por su gestión en programas sociales.
Mejor demostración de «amor»… ¡imposible!
Vierne5. / La Voz Del Lector.