Vierne5 / Félix Reyes. Luego de haber puesto en duda “la viabilidad” del dialogo en Venezuela con la oposición, y luego de que el gobierno de los Estados Unidos anunciara que repondrá las sanciones contra su gobierno, Nicolás Maduro tuvo que decir este martes que “vale la pena hacer un nuevo intento por conversar”.
El mandatario había dicho junto a otros altos jerarcas de su régimen, entre ellos Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello, que el dialogo estaba “en coma y con respiración asistida” y que no vislumbraban otra cosa, por el estado de gravedad, que muriera.
Basaba el mandatario su señalamiento en que, líderes de la oposición, entre ellos María Corina Machado y Henrique Capriles, habrían violado los acuerdos de Barbados en materia de defensa de la patria y en la no participación o apoyo en actos violentos.
Apelando a etéreas interpretaciones de enunciados aún más etéreos, como que las partes se comprometen a defender y luchar por seguridad de la patria y a abstenerse de participar en eventos contra las instituciones, el ejecutivo de Maduro denunció apenas hace varios días que en el 2023 se produjeron cinco intentos de magnicidio “que gracias a Dios fueron develados”, y en los que habrían participado, entre otros, María Corina Machado y Henrique Capriles Radonski, casualmente dos inhabilitados, a quienes un Tribunal Supremo de Justicia de corte oficialista y hecho a la medida de los requerimientos del gobierno, confirmó la medida sancionatoria de 15 años de exclusión de cualquier posibilidad de que ambos dirigentes puedan ejercer cargos públicos.
Esto trajo consecuencia de inmediato porque, tras el anuncio este martes de la administración del presidente Joe Biden, de que se reponen las sanciones contra el petróleo, el gas y el oro de Venezuela, Maduro tuvo que decir que el dialogo con la oposición y el cumplimiento de los acuerdos de Barbados, “ya no están con respiración asistida”, sino más bien en un proceso de “recuperación” que lo saca de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
En las últimas horas observadores del proceso venezolano habían dicho que “continúa el deterioro progresivo de la economía y los servicios sociales básicos en el país y que, con la reanudación de las sanciones, se vislumbra que la crisis humanitaria se verá agravada por el giro que ha tomado la situación”. [U1]
Ya la suspensión de la flexibilización de las medidas y el retorno a las sanciones tiene fecha: 13 de febrero, plazo que da Estados Unidos para que los compromisos en curso se cumplan y no se produzca ni uno más en petróleo, gas u oro.
El retorno a las sanciones son de efecto inmediato.
Ahora al gobierno de Maduro, al que tanto le gusta el cacao, está pidiendo una tacita, un “pocillito” más aunque sea por haber incurrido en la fabricación y puesta en marcha de las inhabilitaciones. Volvemos entonces a un Estado de precariedades, sin es que el Acuerdo de Barbados sale de
