Vierne5. / Editorial.
Es hora de afrontar las verdades incómodas y definir una nueva estrategia para enfrentar a la dictadura

En medio de la crisis política más grave que ha enfrentado Venezuela, debemos comenzar con una reflexión incómoda pero necesaria: la vía electoral ha muerto. La realidad que vivimos tras el 28 de julio y, especialmente, después de este 10 de enero, lo deja claro.
Una verdad amarga, pero irrefutable
La contundente victoria electoral del 28J, lograda con sacrificios y valentía por parte de organizadores, testigos y millones de venezolanos, demostró algo crucial: el régimen no tiene intención de respetar la voluntad del pueblo.
No importa cuán abrumadora sea la participación ni cuán limpio sea el proceso; la dictadura solo reconoce las victorias de quienes comen de su mano. Aquellos que ocupan alcaldías y gobernaciones en supuesta «oposición» no son más que colaboradores que legitiman al régimen.
«Lo que está a la vista no necesita anteojos,» y los resultados del 28J, no reconocidos, son prueba suficiente de que cualquier intento futuro por participar en elecciones solo servirá para lavarle la cara a la dictadura.
El engaño de las elecciones regionales
Es fundamental que entendamos el nuevo escenario político. Las elecciones regionales y municipales ya no son una oportunidad para recuperar espacios. Al contrario, son una herramienta que el régimen utiliza para perpetuar su control y crear la falsa ilusión de democracia.
«Ya no hay espacios controlados por la oposición. Todos quienes pactan, lavan o normalizan son parte del régimen.»
Las supuestas victorias en municipios clave de Caracas, Miranda, Zulia o Lara no serán más que pantomimas para consolidar el poder del régimen. Incluso los partidos que aparentan ser oposición en estos espacios son cómplices de la dictadura.
El rol del CNE: Un órgano al servicio de la dictadura
El Consejo Nacional Electoral nunca ha sido una institución independiente, y mucho menos un defensor de la democracia. Las excepciones, como Enrique Márquez, son pocas y vienen acompañadas de un costo personal altísimo, como lo demuestra su encarcelamiento.
El silencio ensordecedor de otros supuestos rectores opositores no es más que evidencia de su complicidad. El CNE es, y siempre ha sido, un brazo operativo del régimen, diseñado para mantener su poder a toda costa.
No más normalizadores ni defensores del “voto por el voto”
Desde esta tribuna, hacemos un llamado urgente a todos los venezolanos: no caigamos en la tentación de los grupos normalizadores. Los «foros» que buscan convivir con el régimen y defender el voto sin garantías no son más que una herramienta más para perpetuar la dictadura.
«Logramos blindar heroicamente el voto, pero sin armas que lo defiendan, ese esfuerzo fue en vano.»
El juego político en Venezuela ha cambiado para siempre. Las reglas anteriores ya no aplican, y no podemos seguir engañándonos con cortinas de humo.
El camino que queda por delante
Es hora de hablar con la verdad, por difícil que sea. La dictadura de Nicolás Maduro no se sostendrá con votos, porque el régimen ha demostrado que no respeta resultados.
Lo que necesitamos es una estrategia renovada, una que reconozca las verdaderas condiciones del país y la urgencia de la lucha. El futuro de Venezuela no está en las urnas mientras estas estén controladas por una dictadura.
«No es lo que queremos escuchar, pero es lo que tenemos que entender.»
La nueva etapa de lucha
Este 10 de enero ha dejado al descubierto la verdadera naturaleza del régimen: un sistema dictatorial que utiliza todas las herramientas a su alcance para mantenerse en el poder. Pero también ha demostrado la fortaleza de un pueblo que no se rinde.
«El sátrapa mayor se quitó la máscara. Ahora sabemos exactamente contra quién luchamos y qué debemos hacer para vencer.»
Hoy comienza una nueva etapa en nuestra lucha. Una etapa que exige valentía, claridad y unidad. Porque, aunque la vía electoral esté cerrada, el camino hacia la libertad sigue abierto.
Vierne5: Informar para transformar.
Editorial./
Victor Julio Escalona
Editor.