Vierne5./ Editorial.
«Mientras Maduro monta escenarios ficticios, el mundo y Venezuela no pierden de vista el mandato claro del 28-J.»
Desde la redacción de Vierne5, aplaudimos y respaldamos los incansables esfuerzos de María Corina Machado y del conjunto democrático tanto nacional como internacional, para facilitar el regreso seguro de Edmundo González a Venezuela y su juramentación como presidente constitucional para el período 2025-2030. Este paso no solo es una formalidad debido a su inobjetable victoria electoral con más de siete millones de votos, sino una necesidad urgente para un país que anhela liberarse de las garras de un régimen que ha llevado a la nación al borde del colapso.
El grotesco teatro montado recientemente por el régimen madurista, con falsas acusaciones y montajes escandalosos, es solo la más reciente de sus numerosas tácticas distractivas. Estos actos desesperados buscan desviar la atención de la verdadera crisis y retrasar lo inevitable: la toma de posesión de un líder legítimo, elegido por el pueblo. Este tipo de maniobras dilatorias no solo subestima la inteligencia del pueblo venezolano sino que también insulta la dignidad de las naciones democráticas que han reconocido la victoria de González.
La falsa narrativa creada por el régimen también intenta arrastrar a España en este torbellino, en un evidente acto de venganza contra una comunidad internacional que ha mostrado su rechazo a tolerar más abusos. Sin embargo, estos intentos son inútiles frente a la resolución férrea de líderes como María Corina, que con cada palabra y acción, recuerdan al mundo que la justicia no puede ser aplazada.
Es imperativo que el sentido de urgencia que anima a María Corina y a todos los defensores de la democracia se mantenga vivo y vigoroso. Cada minuto que pasa bajo el yugo de Maduro significa más sufrimiento para los venezolanos, más represión y más injusticia. Por ello, la comunidad internacional debe continuar su presión y apoyo, no solo para reconocer a Edmundo González como el legítimo presidente, sino para asegurar que su mandato pueda comenzar de manera efectiva el próximo 10 de enero.
Este no es momento para titubeos o para dejar que las tácticas de desinformación del régimen desvíen la atención del objetivo principal: restablecer la democracia en Venezuela. Los venezolanos merecen un gobierno que respete sus derechos, que reconstruya el país y que devuelva la esperanza a millones que han visto cómo su futuro se desvanecía en manos de una dictadura implacable.
La transición a un gobierno legítimo no es solo una victoria para Venezuela, sino un triunfo para todo el hemisferio occidental, una afirmación de que los principios democráticos aún tienen peso y que la voluntad del pueblo prevalecerá ante cualquier intento de usurpación.
Victor Julio Escalona
Editor./