Vierne5 / Con Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández ambos fuera de juego, el jefe del Consejo de ministros de Argentina, Agustín Rossi, puso a la orden su nombre para los próximos comicios a realizarse en este país.
Rossi dijo que quiere ser presidente “para garantizar que el crecimiento económico de los próximos años sea redistribuido entre todos los argentinos”.
Rossi es hombre de confianza del actual presidente Alberto Fernández, y buscará dirimir las diferencias de la coalición oficialista del Frente de Todos por medio de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias a celebrarse el 13 de agosto próximo.
Con 63 años accedió a la jefatura de ministros en febrero de este año, recordó la agencia alemana de noticias DW. Anteriormente ejerció como director de la Agencia Federal de Inteligencia y ministro de Defensa de Argentina.
Nacido en la localidad de Vera, provincia de Santa Fe, arrancó su carrera política luego de formarse como ingeniero civil en la ciudad de Rosario, donde fue concejal hasta 1991, período que decidió volcarse a su profesión por diferencias ideológicas con el menemismo que gobernó hasta 1999.
Volvió a las funciones públicas tras la crisis del 2001, primero como concejal rosarino hasta 2005 y luego como diputado nacional, en el que formó parte de las coaliciones peronistas del expresidente Néstor Kirchner, junto a la exmandataria y actual vicepresidenta Cristina Fernández.
Durante esas épocas cultivó una gran relación con Alberto Fernández, con quién mantiene una «amistad” personal y vínculos políticos desde la llegada del kirchnerismo a la Casa Rosada, en 2003.
Su reciente candidatura a presidente podría enfrentarlo con una eventual candidatura del ministro del Interior, Eduardo ‘Wado’ de Pedro, cercano a la vicepresidenta y uno de los funcionarios que «sí funcionan” según Cristina Fernández.
En su discurso de proposición de su candidatura, Rossi tocó la situación crítica que afronta su país y aseguró que garantizará «crecimiento, redistribución e inclusión social” para el año que viene, ya que «el ciclo económico de la Argentina va a ser distinto, va a crecer fuertemente”, según prometió.
«La Argentina tiene la convergencia de cuatro crisis: la del endeudamiento que recibimos, la pandemia, después la guerra de Ucrania, y ahora la sequía. Eso nos imposibilitó de cumplir con los sueños que teníamos en 2019”, resumió.
Además, enumeró «los logros” del gobierno actual, como la «desocupación más baja en la historia” del país con un 6,3 por ciento, un récord de exportaciones de 88 mil millones de dólares y más de 5 mil obras públicas iniciadas, destacando el gasoducto ‘Néstor Kirchner’, del que se espera generar reservas en el Banco Central para poder controlar la escalera inflacionaria del país.
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