Vierne5. Previsto para las próximas semanas, Estados Unidos insistirá en
llegar a un acuerdo petrolero con Nicolás Maduro.
Lo dicen fuentes especializadas. Ayer trascendió una reunión entre delegados
de alto nivel del gobierno estadounidense con la vicepresidenta de Venezuela,
Delcy Rodríguez, en la que se planteó nuevamente el asunto.
La reunión se produjo en Trinidad y Tobago, en la que participó también el
ministro de exteriores de Venezuela, Félix Plasencia. ¿El objeto? Darle
continuidad a las discusiones sobre un eventual acuerdo de comercio petrolero,
que supondría aliviar las sanciones que pesan sobre PDVSA.
Según The Economist, Chevron está dando pasos concretos y negociando para
reactivar su operación en Venezuela, en conversaciones con la administración
de Maduro y la de Biden. Sin embargo, la situación aún no está clara ni las vías
completamente despejadas.
Muchos observadores se muestran escépticos sobre la posibilidad de que
Estados Unidos pueda comprar petróleo y hacer que Maduro modere su estilo
autoritario. «Si vas a ir a por petróleo y a tratar de separar a Maduro de Rusia,
entonces has tomado la decisión de tratar con su régimen tal y como es», dijo
Brian Winter, de la Americas Society, un foro regional.
Varios analistas también dudan de que, incluso si se levantan las sanciones
inmediatamente, Venezuela pueda aumentar la producción tras años de mala
gestión y corrupción, señala el medio británico. Estados Unidos tendría que
invertir mucho y los resultados inmediatos que espera no están a la vuelta de
unas semanas, o meses, o quizás hasta años.
En contraposición, la figura del mandatario venezolano se ha fortalecido. Sus
índices de aprobación, del 19%, son más altos que los de su mayor rival, el
opositor Juan Guaidó, quien cuenta con 12 por ciento apenas de respaldo,
según encuestas recientes.
Desde 2019 Maduro ha aplicado silenciosamente una serie de reformas
económicas, que incluyen el levantamiento de los controles de precios y
algunas restricciones a las divisas. Además, ha cortejado a la inversión
privada. El dólar se ha convertido, de facto, en la moneda nacional, lo que
puede haber ayudado a bajar la inflación de casi 3 mil por ciento en 2020 a
686 por ciento en 2021.
«Maduro nunca ha estado en una posición tan fuerte», subrayó Temir Porras,
su antiguo jefe de gabinete a The Economist. «Él es el jefe. Si hay que llegar a
un acuerdo, no será del todo en los términos de Biden», advierte el
exfuncionario.
Según la nota del medio británico, Estados Unidos ve una ventana de
oportunidad para acordar un pacto energético con Maduro, porque las
sanciones contra Rusia, por su invasión a Ucrania, pueden afectar el «sistema
financiero» creado por el Kremlin para apoyar al gobierno venezolano.
A partir de 2019, el gobierno de Rusia creó una red para bloquear los impactos
de las sanciones contra Venezuela, especialmente para ayudar al gobierno de
Maduro a vender oro y petróleo con grandes descuentos. Ese año, Petróleos de
Venezuela trasladó sus oficinas europeas de Lisboa a Moscú, mientras a
Caracas llegaban aviones cargados de dinero en efectivo desde Moscú, lo que
proporcionó al Ejecutivo venezolano suficientes divisas para evitar el colapso.
El Kremlin afirmó que, en una llamada telefónica con el presidente Vladimir
Putin, el gobernante Nicolás Maduro apoyó la operación que iniciaron las tropas
rusas en Ucrania el pasado 24 de febrero. Pero el conflicto bélico está dañando
las relaciones, dice The Economist.
Las sanciones occidentales a los bancos rusos pondrán severas trabas para que
la administración de Maduro pueda sacar su dinero de Rusia, explicó Francisco
Monaldi, experto de la Universidad Rice de Texas.
En la reunión de marzo, Maduro habría pedido a la delegación estadounidense
que levantara temporalmente las sanciones a los bancos rusos para que el
régimen pudiera retirar sus fondos. Al parecer, se lo negaron.
A Maduro también le preocupa que ahora que Rusia es otro paria, se convierta
en un competidor que venda petróleo a bajo precio y que eso también le pueda
afectar.
