Pese a la enorme represión, los iraníes volvieron a tomar las calles de todo el país para protestar por la muerte una joven, Mahsa Amini, muerta el 16 de septiembre en manos de la policía, por no llevar bien puesto el velo.
A Amini la detuvo la «policía de la moral”, que la acusó de desacato e injuria contra las leyes.
En las últimas jornadas, la fuerte represión del régimen ha causado la muerte de ocho manifestantes, según grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional. Las movilizaciones se intensificaron luego de que el miércoles miles de personas desafiaron a las autoridades para conmemorar los 40 días de la muerte de Amini, fecha que pone fin al luto de la familia.
Al eslogan inicial de «Mujer, Vida, Libertad» se añadieron consignas dirigidas contra la República Islámica fundada en 1979.
«2022 es el año de la sangre», «Seyed Alí “El régimen será derrocado”, decían.
drderrocado», gritaban los manifestantes en abierto desafío a las autoridades.
Las protestas iban dirigidas contra el ayatola Alí Jamenei, líder supremo de Irán.
Los choques entre los manifestantes, en su mayoría mujeres y hombres jóvenes, contra las fuerzas de seguridad han sido especialmente duros en la ciudad de Mahabad, en la provincia iraní de Azerbaiyán Occidental, donde el miércoles por la noche murió de un disparo Ismail Mauludi, de 35 años, lo que provocó mayores manifestaciones el jueves y más este viernes.
Este viernes cientos de personas se echaron a las calles tras el rezo en la ciudad de Zahedan, en la provincia de Sistán Baluchistán, en el sureste del país, para protestar por la muerte hace un mes de docenas de personas en los choques con la policía.
Desde mediados de septiembre, se registraron «al menos 250 víctimas mortales», señaló el relator especial de la ONU para los derechos humanos en Irán, Javaid Rehman. Diversas ONG, en tanto, temen una aceleración de la represión, a medida que se suceden los homenajes a los primeros muertos, al término del tradicional duelo de 40 días.
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