La avena es un alimento mitológico,que aparece en casi todas ls historias de la humanidad incluyendo la biblia por supuesto.
La avena regula los niveles de azúcar en sangre, de hecho, este alimento se considera muy adecuado para la diabetes tipo 2. De esta forma, un desayuno compuesto por avena (carbohidratos «buenos) puede ayudar a reducir los niveles de glucosa en sangre a lo largo del día y aumentar la sensación de saciedad. Un estudio realizado por la Unidad de Investigación Nutraceútica Humana de la Universidad de Guelph junto con algunos de la Universidad de Toronto, ambos en Canadá demostró que la importancia del desayuno en estos niveles de glucosa y cómo la avena reduce esas concentraciones de glucosa.
La avena ayuda al control del peso. Recordemos que el control de los niveles de azúcar en sangre son muy importantes para controlar nuestro peso. Además, ese efecto «saciante» de la avena que nos puede librar de estar «picoteando» durante toda la mañana. También es un punto a su favor la cantidad de fibra que contiene, que nos permitirá no tener la barriga hinchada como les suele ocurrir a los que sufren de estreñimiento.
La avena ayuda a reducir el colesterol malo LDL gracias a los betaglucanos que este cereal posee (una fibra soluble que inhibe la tasa de absorción de las grasas en el tracto intestinal). Si bien es cierto que esta fibra se encuentra presente en otros alimentos como las manzanas, los frijoles o las ciruelas, en la avena se encuentra en mayor concentración.
La avena es rica en proteínas y por eso, resulta muy importante para fortalecer y cuidar los huesos, los músculos y la piel. Además, la avena proporciona 6 de los 8 aminoácidos esenciales para la salud. De entre todos, el más abundante es la metionina. Hay que tener en cuenta que algunos de los aminoácidos los produce nuestro cuerpo, pero otros no, por eso es clave escoger bien los alimentos que introducimos en nuestra dieta.
Contribuye a fortalecer el sistema inmunitario. En consecuencia, tomar avena es una forma de natural y saludable de mantener las defensas del cuerpo activas. Esto se debe principalmente a la fibra y a los antioxidantes que la avena posee.